La necesidad vocacional del periodista (extracto final)
La inmediatez de las redes sociales está confundiendo a
los comunicadores, y esto ocurre cuando no hay vocación ni se entiende quién es
el protagonista.
Tenemos, pues, el gran reto de orientar a las nuevas
generaciones. Desde la universidad, hacer que cada joven hurgue en su vocación
y pueda cultivarla sin temor.
Desde las redacciones, motivarlos e impulsarlos a amar
esta tarea y a convertirse en profesionales integrales, justos y enfocados.
Desde la sociedad, abrirles las puertas para que puedan
reflejar en sus páginas, pantallas y en la red, cómo vive y se transforma el
hombre en todos sus ámbitos.
La vocación periodística también se nutre de los
obstáculos que se presentan ante la tarea de informar, más en nuestros tiempos
cuando los periodistas debemos superar las limitaciones al acceso de la
información.
Pero es allí donde debemos estar alertas, saber
diferenciar y tamizar las diferentes influencias, antes de acercarnos a la
verdad. No nos impongamos límites, y que la búsqueda sea indetenible.
Y se preguntarán si estoy soñando. Les digo que sí.
Sueño, como decía Benedetti, porque no me rindo, y no tengo temor a equivocarme
y continuar adelante.
Creo firmemente en que, a pesar de que los medios de
comunicación son dirigidos por empresarios, con intereses individuales, desde
adentro podemos hacer que la sociedad se vea a sí misma y pueda transformarse
para bien. Ir cambiando el panorama, y brindarles herramientas a los ciudadanos
para ser autocríticos sin imposiciones.
Vivimos en una sociedad con la pasión a flor de piel;
estamos en un mundo donde los matices para explicar por qué suceden las cosas
son más sutiles y por tanto difíciles de distinguir. De allí lo contundente del
verbo en nuestras calles y el furor de las manos como métodos para resolver,
entre paréntesis, los problemas cotidianos.
Pero tenemos la mejor herramienta para contribuir a elevar
el ánimo a hombres y mujeres que corren con el tiempo para acabar la vida, en
vez de andar con la vida para alargar el tiempo.
Y esto, a través del periodismo, la mejor profesión del
mundo.
Y como amante de los deportes, especialmente del béisbol,
quisiera cerrar con una frase del legendario Babe Ruth, que recoge el reto que
tenemos por delante los periodistas en nuestro afán de buscar la verdad, en una
sociedad cada vez más controvertida.
“No puedes vencer a alguien que no se rinde”.
Muchas gracias!
Gerardo Miguel González
(Extracto discurso de orden por el Día Nacional del Periodista. 4 de julio de 2013. Puerto Ordaz)
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