¿Eres un consumidor ético en Internet?

Los asuntos éticos son tan simples de resolver en la cotidianidad con el ejercicio de la responsabilidad, el respeto y el sentido común. Y así ocurre en el ámbito digital o la Internet.

Jhon Perry Barlow fue un ciberactivista estadounidense, miembro de la https://www.eff.org/, quien avizoró el problema ético de la red global, cuando escribió: “Imagine un lugar: 1. Donde los intrusos no dejan huellas. 2. Donde los bienes pueden ser robados un sinnúmero de veces y quedarse a la vez en posesión de sus dueños originales. 4. Donde empresas de las que nunca oíste hablar pueden poseer datos de tus asuntos personales”.

Hoy existen en el mundo 1.744 millones de páginas web, según https://www.internetlivestats.com/ en este momento cuando escribo este artículo. Más de 4.454 millones de usuarios están conectados a esta hora. Ambas cifras crecen vertiginosamente cada segundo.

Entonces, ¿cómo controlar este flujo de usuarios e información desde un centro o bunker, para evitar los comportamientos antiéticos en Internet? Imposible. Esto ha de partir desde la individualidad, y de allí que debe darse un proceso formativo natural desde la casa, las oficinas. Transpolar el ejercicio ciudadano al de infociudadano o ciberciudadano.

Debemos partir de la responsabilidad al usar Internet, el respeto hacia los miles de millones de usuarios que se conectan paralelamente y ejercer el sentido común para evitar dañar a otros “con palabras, obras u omisión”, como rezan.

Unificar a la humanidad, con toda su pluralidad, es la misión de Internet. Actuar con responsabilidad frente a esta realidad propiciará las condiciones para el desarrollo y funcionamiento óptimo de nuestra sociedad.

Por eso, como lo más básico, cuando copies y pegues, cita al autor de la imagen o texto; cuando leas a alguien con quien no estás de acuerdo en redes sociales, no lo insultes. Hay miles de maneras para debatir y discernir.

El Instituto de Ética e informática del Computer Professionals for Social Responsibility http://cpsr.org generó un décalogo:

1. No usar el ordenador para hacer daño a otras personas.

2. No interferir (o intervenir) el trabajo informático de otro.

3. No husmear en los ficheros informáticos de otro.

4. No usar un ordenador para robar.

5. No usar el ordenador para levantar falso testimonio.

6. No copiar ni usar como propietario software por el que no se pagó licencia.

7. No emplear los recursos informáticos de terceros sin autorización o compensación.

8. No adueñarse del trabajo intelectual de otro.

9. Evaluar las consecuencias sociales del programa informático o el sistema que está diseñando.

10. Emplear la informática asegurando el respeto y la dignidad del ser humano. 

Esta pequeña guía puede servir como el inicio para ser cada vez mejores cibernautas o ciberciudadanos (al final el calificativo no es relevante). Compártela, especialmente con niños y adolescentes.

Cuéntame, ¿has tenido alguna vez un comportamiento antiético en Internet?