Ego y pasión a los 40: A propósito de Bobby Abreu



Minnie Miñoso, Julio Franco, Omar Vizquel no tienen solo en común ser latinos en el béisbol, sino que además jugaron su última temporada teniendo más de 40 y 50 años de edad. El ejemplo más cercano es el del venezolano, quien tomó turnos hasta los 45.


El ejercicio físico, el deporte, como disciplina, es muy exigente. El trabajo de mente y cuerpo es tan arduo que todas las profesiones atléticas han puesto caducidad a la eficiencia. Es decir, fecha de retiro antes de hacer el ridículo, para ser crudos.


Pero hay casos como los que mencionamos, y muchos más de este nuevo siglo, como Jamie Moyer, Jesse Orosco, Randy Johnson, Roger Clemens, Tim Wakefield, Julio Franco y nuestro campocorto estrella Omar Vizquel, que merecen elogios y vítores porque quebraron la norma.


Y por este camino está intentando ir nuestro nativo de Turmero, Bob Kelly Abreu, quien el pasado 11 de marzo, en pleno campo de entrenamiento de los Filis, entró a la lista de los peloteros con 40 o más años de edad en plena actividad.


Uniformado de Mets
Después de pasar 2013 haciendo ajustes en el béisbol invernal, metido en sus negocios, en su música, en su familia, Bobby decidió darse una nueva oportunidad en las mayores, en el mejor béisbol del mundo al que tantos años ha dedicado.


Y entiendo perfectamente su satisfacción al recibir una nueva oportunidad de jugar en Grandes Ligas a sus 40 años, ahora con los Mets y en Nueva York, ciudad que lo conoce luego de su gran paso por los Yanquis en dos temporadas de ensueño, en 2007 y 2008.


Y digo que lo entiendo porque estoy a punto de cumplir la edad que Vizquel tenía cuando piso por última vez, como activo, un terreno de béisbol. Lo entiendo porque a esta edad, uno se siente más fuerte, más centrado, más capaz por la experiencia acumulada que reduce el riesgo de fallar o fallarle a quienes tenemos alrededor.


Y si combinamos estas especias con la pasión que brinda el deporte, el béisbol en este caso, haremos un licuado de ego que hay que saber manejar para no excedernos, para no embarrarla, como dicen los más chamos que nosotros.


El “Comedulce” demostró en la temporada de la Liga Venezolana de Béisbol que aún tiene con qué ayudar a cualquier equipo a ser ganador. Obviamente, como ha coincidido con su mánager en los Mets Terry Collins, su rol será ofrecer turnos de calidad en los momentos que lo necesiten, y seguramente alineará en algunos partidos.


Además, el “gusanito” del ego está incrementando la adrenalina en Abreu. Está a 13 jonrones de meterse en el grupo de los que han conectado 300 y a sólo una base robada entre quienes han alcanzado la marca de 400 (Vizquel alcanzó 404).


Otras dos marcas que podría perseguir son las de 2.500 hits (tiene 2.437) y 1.500 bases por bolas (suma 1.456 hasta ahora), que estamos seguros alcanzaría si juega a diario en esta campaña.


De por vida, Bobby ha conectado para .292 en promedio, con seis temporadas sobre los trescientos puntos. La mejor, para nosotros, fue la de 2004 con Filadelfia, cuando despachó 30 bambinazos, estafó 40 almohadillas y trajo para la goma a 105 compañeros, lo que le dio un OPS de .971. Eso le valió ser el más valioso de los Filis ese año, ganar su único bate de plata, y entrar por segunda vez al club 30-30 (la primera fue en 2001).


Y es que sus mejores años los tuvo en Filadelfia, desde 1998 hasta un poco más de la mitad de 2006, cuando fue llevado a los Yanquis, donde también tuvo dos temporadas de ensueño (43 HR, 243 RBi, 420 hits en 1.423 turnos).


Abreu con Las Vegas 51s


Sumada la estadística y el sentimiento peloteril, no hay por qué no darse una oportunidad de demostrar que a los 40 o 50 también se puede; que más edad no significa caminar al ocaso; que las canas sí sirven más que para agrisar el pelo.


Aunado al carisma del “Comedulce”, su don de gente y su inteligencia, seguro habrá buenos resultados. De lo contrario, sabrá decir adiós antes de entorpecer toda una fructífera carrera.

Éxitos, Bobby.






PD

"Satchel" Paige
Leroy “Satchel” Paige, con 59 años y en los Atléticos de Kansas City (1965), ha sido el más “viejito” en estar activo en un campo de juego de las mayores, pero quizás fue porque además llegó “tarde” a las Grandes Ligas, a los 42 años con los Indios de Cleveland, convirtiéndose en el novato más longevo y, por supuesto, uno de los jugadores de color más famosos, junto a Jackie Robinson. ¿Saben por cuánto firmó entonces? Un contrato por 40 mil dólares que duraría 3 meses. Obviamente que se extendió. Desde 1971 fue inmortalizado en el Salón de la Fama.

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