Coexistencia, marca y competencia: educando a nuestros hijos en la era digital
Hace
poco, un amigo me llamó asombrado por la cantidad de chamos que asistieron a un
seminario sobre RRSS en el que se trataron múltiples temas, y la participación
fue tan activa que casi anochece con la concurrencia y sus análisis/preguntas.
Fantástico, le dije.
Sin
embargo, su preocupación fue que casi todas las intervenciones se basaron en el
número de seguidores o fans. Cada uno saltaba de emoción al hablar de los
miles, pero ninguno habló de un fan o seguidor, mucho menos del propósito o lei
motiv de su espacio en redes sociales. Incluso, hablaban de proveer gestión de
redes sin la noción del contenido. Así de impetuosos e hiperactivos, siempre
con un paso adelante.
Pero
también con un paso hacia atrás.
Lo
fundamental hoy es la calidad y cualidad de tus fans o seguidores, y no los
miles. Es tu conexión con ellos, como marca o como influenciador, no cuántos
sumas por "selección natural" o supervivencia de la especie. No.
En
las redes sociales debemos aprender a coexistir, porque así aprendemos más
acerca de lo que nos rodea (tendencias, características de nuestros fans o
seguidores, percepción, gustos y conexión).
Esto
redefine o moldea nuestra marca personal o corporativa. Nos habla de cómo
proceder y qué comunicar, incluso el cómo.
A la
postre pasamos a competir organizadamente, con objetivos claros y visión para
el crecimiento. Así se completa el ecosistema básico en RRSS. Lo demás es
complemento, tan importante como lo esencial.
El
boom de las redes sociales no ha terminado, y cada vez más nuestros hijos están
motivados a estudiarlas y ejercer la gestión como profesión. Pero ojo.
Soplar
y hacer botellas nunca fue tan fácil y a la vez tan frustrante.
Demos
a nuestros chamos herramientas para coexistir con honestidad y sabiduría, y
competir con seriedad y fiereza caballeresca. Así forjarán su marca, su
carácter, en redes sociales y para lo que les depara la vida.
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