Centrarse en principios

Stephen R. Covey escribió algo que todos deberíamos intentar en nuestras vidas, aunque sea como ejercicio a ver qué sale (para los incrédulos)... 
Escribió "Los principios no reaccionan antre nada. No enloquecen ni empiezan a tratarnos de otro modo. No se divorcian de nosotros ni se van con nuestros mejores amigos. No están ansiosos por conquistarnos. No pueden pavimentar nuestro camino con parches o remiendos rápidos. Su validez no depende de la conducta de otros, ni del ambiente ni de la moda del día. Los principios no mueren. No están un día aquí para irse al día siguiente. Están a salvo de incendios, terremotos o robos. (...) Son hebras estrechamente entretejidas que atraviesan con exactitud, consistencia, belleza y fuerza la trama de la vida".
Comprendiendo la lectura, y siendo razonablemente humanos, vulnerables y erráticos en esa "trama de la vida", un centro de principios se flexibiliza cuando la conciencia de nuestra naturaleza, las filosofías, teorías y maneras de vivir son tendenciosas. Pero importa saber que no duran mucho mientras nuestro centro sea de principios, traducido en sabiduría, el poder personal, tomar decisiones y actuar sin ser impulsados por limitaciones económicas o circunstanciales. La libertad interdependiente, que arrastra a la inteligencia y la emocionalidad.
Como insiste Covey, "los principios no cambian; la comprensión que tenemos de ellos, sí".

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