Atentado...

Hallé tu mirada, tus ojos posados en mi piel, entregado a ti en esa pequeña habitación, suficiente para los dos, para nuestro inicio, para expirar en tus brazos y volvernos a mirar al otro día, aunque sea en una fotografía vieja y curtida que me recuerda cuán lejos estás sin necesidad de distancias...

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