Guillén ¡a jugar!


Durante la rueda de prensa de este martes, Oswaldo “Ozzie” Guillén parecía una mala copia de Cantinflas tratando de explicar lo inexplicable, intentando descifrar el idioma que aprendió y que no domina, y al que culpa de haberlo metido en el foso donde está por sus propias palabras.
El mánager de los Marlins, hasta el año pasado de Florida, no debió retractarse de lo que dijo ni de cuanto siente, especialmente porque él habló a su nombre, según su criterio, según el momento, y no en nombre de alguna franquicia o grupo. De allí que sea condenable la sanción del equipo y las críticas de fanáticos, aunque entendible según los niveles de odio. Mas no justificable.
La mente, el corazón y la lengua de Guillén no concuerdan. O por lo menos, así lo dejó entrever durante esta encerrona que le dieron los medios norteamericanos en el estadio de Miami.
Oswaldo "Ozzie" Guillén, siempre polémico
Este escenario fue una patética imagen de cómo está el mundo, la gente que vivimos en este planeta; cuando la intolerancia, la avaricia, la ira, el dolor y la impotencia se conjugan, destierran el amor, la paciencia, la comprensión y el diálogo, para dilapidar, señalar y ejecutar a quien piensa distinto.
Todos nos circunscribimos a un contexto social, afortunadamente para algunos y lamentablemente para otros. De allí que haya quienes sugieran pensar antes de hablar; otros que prefieren hablar primero, porque es lo que dice el corazón, y los pocos que concatenan pensamiento, sentimiento y acción, es decir, mente, corazón y lengua.
Nuestra sociedad, cada vez más corrompida por los antivalores, por adorar lo material y desdeñar el espíritu, está envuelta en un dilema trascendental para el humano, tan viejo y actual, entre el ser o no ser.
Y podríamos afirmar que Guillén se encuentra en ese dilema hoy, enredado en una sociedad que también castiga la disidencia. Y digo también porque el estratega posee doble nacionalidad, norteamericana y venezolana. Aunque después de este episodio no sabremos si se queda sin el chivo y sin el mecate.
De manera que “Ozzie” ha descubierto que el sueño norteamericano (The American Way of Life) no es tan puro como lo pintan, al igual que tampoco es tan oscuro como lo revelan.
Tristemente, la política, la forma de hacer política en la actualidad, se ha metido en las venas de la sociedad, al punto que ya nadie puede jugar béisbol y al mismo tiempo decir lo que piensa y siente sin ser cuestionado e inquirido.
Nos falta respeto, mucho respeto, comenzando por respetar nuestros valores, ideas y costumbres, para respetar las de otros que por diferentes no son peores o mejores.
Creo que es tiempo de demostrar lo que valemos sin callar, escuchándonos, como mejor recurso para llegar a entendernos. Y, sobre todo, con el alma en la mano, como decía un acorralado Guillén, mirándonos a los ojos.
No obstante, queda la duda del por qué se retractó, pero sí muchas conjeturas. ¿Temor a perder el trabajo? ¿A perder millones de dólares? ¿Fue mal interpretado y traducido su frase en inglés? Queda el beneficio de la duda y seguir adelante.
Ojalá los peloteros de los Marlins se dediquen a ganar dirigidos por Oswaldo, quizás no el mejor estratega, pero alguien que se ha atrevido a dar la cara, incluso para recular.
Quien esté libre de pecado, ya sabe lo que tiene que hacer…
Playball

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